10. Problemas y dolor

La vida es difícil..!
Resolver sus problemas es siempre un proceso doloroso.
– Esta es una gran verdad, una de las más grandes –

Cuando realmente nos damos cuenta de que la vida es difícil
-una vez que lo hemos comprendido y aceptado así-

la vida ya no resulta difícil, porque se aceptó aquella verdad,
y ese hecho ya no importa.

La mayor parte de la gente no comprende cabalmente esta verdad.

En cambio, no deja de lamentarse ruidosa o delicadamente de la enormidad de sus propios problemas, de la carga que ellos representan y de todas sus dificultades, pensando que la vida fuera en general una aventura.

Esas personas manifiestan su creencia, de que sus dificultades representan una clase única de desgracia que no debería haberles tocado en suerte, pero que de alguna manera cayó especialmente sobre ellas o sobre su familia, su tribu, su clase, o hasta su especie..!

Y no sobre otros.
Conozco esos lamentos porque yo misma
hube de lanzarlos alguna vez.

¿La vida es una serie de problemas?
Hemos de lamentarnos de ellos o resolverlos..

Lo que hace la vida dificultosa es el hecho, de que el proceso de afrontar y resolver problemas es un proceso penoso.

Los problemas, según su naturaleza, suscitan en nosotros: frustración o dolor, tristeza o sensación de soledad, culpabilidad o arrepentimiento, cólera o miedo, ansiedad o angustia, o desesperación. Estas son sensaciones desagradables, a menudo muy desagradables, tan penosas como cualquier dolor físico y a veces igualan a los peores dolores físicos.

Ciertamente, a causa del dolor que los acontecimientos o conflictos provocan en nosotros, los llamamos problemas. Sin embargo, la vida cobra sentido precisamente en este proceso de afrontar y resolver problemas; más aún crean nuestro coraje y nuestra sabiduría.

Sólo a causa de los problemas crecemos mental y espiritualmente, pero la mayor parte de nosotros no es tan sabia. Como tememos el dolor, casi todos procuramos evitar los problemas. Diferimos su consideración, con la esperanza de que desaparezcan.

Los ignoramos.! los olvidamos.! pretendemos que no existen.!
intentamos eludirlos en lugar de afrontarlos.

Esta tendencia a eludir
los problemas y los sufrimientos

inherentes a ellos, es la base primaria de toda:

-Enfermedad mental-
La mayoría de nosotros, estamos
mentalmente enfermos en mayor o menor grado,
es decir, no gozamos de una salud mental completa.

Por eso debemos inculcar en nosotros y en nuestros hijos los medios para alcanzar la salud mental y espiritual. Cuando los padres hacen las cosas de cierta manera, al niño le parece que ésa es la manera de hacerlas; la manera en que él debería hacerlas, y el hijo llegará a sentir que así es como hay que vivir; pero aún más importante que el modelo a seguir es el amor con el que hacemos las cosas.

En última instancia el amor lo es todo:
Cuando amamos alguna cosa, esa cosa es valiosa para nosotros y le dedicamos tiempo para gozarla y cuidarla. Lo mismo ocurre cuando amamos a los hijos; destinamos mucho tiempo para admirarlos y cuidarlos, les damos nuestro tiempo.  En efecto, cuando un niño sabe que es valorado, se siente en verdad valioso.

El sentimiento de ser valioso es esencial a la salud mental, ese sentimiento es un producto del amor parental, y debe cobrarse durante la niñez. Se trata de una convicción extremadamente difícil de adquirir durante la edad adulta.

Muchos adultos no sabemos afrontar problemas, ya sea porque nunca se nos valoró, hubo descuido de los padres, no se usaba, los mismos padres no sabían afrontarlos o había muchas creencias falsas y no se hablaba del asunto. Preferimos huir de ellos, camuflajearlos, disfrazarlos o ir a buscar algo que nos recompense del dolor que provoca ese problema.

Esto se llama:
Neurosis o Trastorno de Carácter.
Una de las raíces de las enfermedades mentales, es invariablemente el sistema entretejido de mentiras que nos han dicho, y mentiras que nos hemos dicho nosotros mismos.

Sin embargo:
Como resultado de experimentar un coherente amor parental, y cariñosos cuidados durante la niñez, esos niños afortunados entran en la edad adulta, no sólo con una profunda sensación interna de su propio valor, sino también con un profundo sentido interno de seguridad.

Tanto así que, si no es
cubierta esa necesidad, provoca que los
niños tengan miedo de que sus padres los abandonen.
– Para el niño, ser abandonado
por sus padres equivale a la muerte –

Y si esos niños, abandonados psicológicamente o realmente, entran en la edad adulta careciendo del profundo sentimiento de que el mundo es un lugar seguro en el que puede hallarse protección, percibirán al mundo como algo peligroso y temible.

Hemos considerado algunas de las maneras en que el amor parental o su falta pueden influir en el desarrollo del ser humano; nuestro desarrollo suele ser, ello no obstante, imperfecto e incompleto, de suerte que nuestra capacidad para resolver los problemas de la vida es también imperfecta e incompleta.

En realidad, en la manera de afrontar problemas hay algo más primitivo y más destructivo que los inapropiados intentos de hallar soluciones instantáneas; se trata de algo más difundido y general.!

Es la esperanza de que los problemas desaparezcan
por sí solos, y los problemas no desaparecen,
es menester vivirlos, experimentarlos, pues de otra manera
permanecen, se agravan y constituyen para siempre una barrera
que se opone al desarrollo y crecimiento del espíritu.

La Nueva Psicología del Amor
Dr. M. Scott Peck

Los problemas no existen,
solo existen situaciones a resolver,
si no se resuelven, se convierten en problemas..!

Artista-Ira Tsantekidou

 

 

 

 

 

 

 

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