A través de las edades,
el hombre ha buscado algo más allá de sí mismo..
– más allá del bienestar material –
Más allá.. lo que llamamos -Verdad,
Dios o Realidad-, un estado sin temporalidad algo que
no pueda ser perturbado por las
circunstancias, por el pensamiento, o por la
corrupción humana.El hombre se ha planteado siempre el interrogante:
¿Qué significa todo esto.?
¿Tiene la vida algún significado.?Ve la enorme confusión de la vida, las brutalidades, las revoluciones, las guerras, la división interminable en las religiones, ideologías y nacionalidades, y con un sentimiento de continua y profunda frustración, se pregunta:
¿Qué ha de hacer uno.?
¿Qué es lo que llamamos vivir.?
¿Hay algo más allá.?Al no encontrar esa cosa desconocida con miles de nombres que siempre ha buscado, ha cultivado la fe, -fe en un salvador o en un ideal- pero la fe invariablemente engendra violencia.
En esta batalla constante que llamamos vida, tratamos de establecer un código de conducta de acuerdo con la sociedad que hemos crecido, ya sea una sociedad comunista, o una llamada sociedad libre. Aceptamos una norma de conducta, que es parte de nuestra tradición como hindúes, musulmanes, cristianos, o sea lo que seamos.
Recurrimos a alguien para que nos diga, cual es la conducta correcta o equivocada, cual es el pensamiento recto o errado y siguiendo este patrón, nuestra conducta y nuestro pensamiento se vuelven mecánicos y nuestras respuestas automáticas. Podemos observar esto muy fácilmente en nosotros mismos.
Por siglos hemos sido tratados
como párvulos por nuestros maestros, autoridades,
libros y santos de nuestra devoción.Les decimos, háblenme de todo esto:
¿Qué hay más allá de las colinas, de las montañas y la tierra?
Y quedamos satisfechos con sus descripciones, lo cual quiere decir que vivimos de palabras, y que nuestra vida esta vacía y hueca.Somos gente de segunda mano. Hemos vivido de lo que se nos ha dicho, ya sea guiado por nuestras inclinaciones, nuestras tendencias, o compelidos a aceptarlas, por las circunstancias y el medio ambiente. Somos el resultado de toda clase de influencias, no hay nada nuevo en nosotros, nada que hayamos descubierto por nosotros mismos; nada original, prístino, claro.
A través de la historia de la teología, nos han asegurado los líderes religiosos, que si ponemos en práctica ciertos rituales, si repetimos ciertas plegarias o mantras, si vivimos conforme a determinados patrones, si reprimimos nuestros deseos; si controlamos nuestros pensamientos, sublimamos las pasiones, moderamos los apetitos y refrenamos la indulgencia sexual, encontraremos, tras suficiente tortura de la mente y del cuerpo, algo más allá de esta mezquina vida.
Es lo que millones de los llamados religiosos han hecho a lo largo del tiempo, ya sea en aislamiento, internándose en el desierto o en las montañas, o en una cueva, o vagando de pueblo en pueblo con una escudilla de mendicante, o bien en grupos, uniéndose a un monasterio, forzando sus mentes a seguir un patrón establecido.
Pero una mente torturada, una mente abatida, una mente que desea escapar de toda aflicción, que ha renunciado al mundo exterior y se ha endurecido por la disciplina y la conformidad, tal mente, por mucho que busque, solo encontrará aquello que esté de acuerdo con su distorsión.
Así, pues, para descubrir si realmente hay algo más allá de esta existencia ansiosa, culpable, temerosa y competitiva, me parece que debe uno enfrentarse a ella en forma por completo diferente.
El enfoque tradicional consiste en partir de la periferia hacia el centro, y a través del tiempo, con la práctica de la renunciación, seguir gradualmente hasta alcanzar esa flor interna, esa belleza y ese amor interno -en efecto, hacer todo lo que pueda volver a uno apocado, falso y mezquino- despojarse poco a poco; tomar tiempo; dejarlo para mañana, para la próxima vida. Y cuando al fin llega uno al centro, descubre que ahí no hay nada, porque la mente se ha vuelto incapaz, torpe e insensible.
Habiendo observando
este proceso, uno se pregunta:
¿Es que no hay un enfoque del todo diferente ?
Esto es ?, ¿no es posible
irrumpir súbitamente desde el centro?El mundo acepta y sigue el enfoque tradicional, la causa principal del desorden en nosotros mismos, es la búsqueda de la realidad prometida por otros. Seguimos mecánicamente a quien nos asegura una vida espiritual confortable.
Es de lo más extraordinario que aunque la mayoría de nosotros nos oponemos a la tiranía y a la dictadura política, internamente permitimos que la autoridad, la tiranía de otro nos fuerza la mente y nuestra manera de vivir.
De modo que si rechazamos por completo, no intelectualmente, sino realmente toda llamada autoridad espiritual, todas las ceremonias, rituales y dogmas, ello significa que nos quedamos solos, y en conflicto con la sociedad, y dejamos de ser respetables.
No es posible que un ser humano respetable,
pueda acercarse a esa infinita e inconmensurable realidad.La Búsqueda del Hombre
Artista-Meadowvale
Artista-Pomm Hepner
Artista-Kolio Markov