151. El Cuerpo-Dolor

El  Cuerpo Dolor

El Cuerpo Dolor

Mi pobre yo infeliz…!

En su mayor parte, nuestro proceso de pensamiento es involuntario, automático y repetitivo. No es más que una especie de estática mental que no cumple ningún propósito real.

……Estrictamente hablando, no pensamos.!
……………El pensamiento es algo que nos sucede.!
……………………..La voz de la mente tiene vida propia.!

La mayoría de las personas están a merced de esa voz, lo cual quiere decir que están -Poseídas por el Pensamiento-, por la mente.

Y puesto que la mente está condicionada por
el pasado, empuja a la persona a -Revivir el Pasado- una y otra vez.

Ninguna emoción negativa que no enfrentemos y reconozcamos por lo que es, puede realmente disolverse por completo.

Deja tras de sí un rastro de dolor..

Todos los vestigios de dolor que dejan las emociones negativas fuertes y que no se enfrentan y aceptan para luego dejarse atrás, terminan uniéndose para formar un campo de energía residente en las células mismas del cuerpo.

Este campo de energía hecho de emociones
viejas pero que continúan muy vivas en la mayoría de las personas, es el -cuerpo del dolor-

Las personas cuyo -cuerpo del dolor- es más pesado, generalmente tienen mayores oportunidades de despertar espiritualmente, que quienes llegan con un cuerpo relativamente liviano.

Mientras algunas permanecen -atrapadas en sus cuerpos densos-, muchas otras llegan a un punto en que ya no toleran su infelicidad, de manera que se acentúa su motivación para despertar.

El comienzo de la libertad implica que para liberarnos del -cuerpo del dolor- debemos, ante todo, reconocer que lo tenemos.

Después, y más importante todavía, es preciso mantenernos lo suficientemente presentes y alertas para notar el -cuerpo del dolor- cuando se activa en nosotros, como un flujo pesado de emoción negativa.

Cuando lo reconocemos, ya no puede fingir que es nosotros, ya no puede hacerse pasar por nosotros, ni vivir ni renovarse a través de nosotros.

La identificación con el cuerpo del dolor se rompe con la
-Presencia Consciente-

Cuando dejamos de identificarnos con él, el -cuerpo del dolor- pierde todo control sobre nuestra forma de pensar y, por tanto, no puede alimentarse de nuestros pensamientos para renovarse.

El papel de los -cuerpos del dolor- en los accidentes de tránsito se aprecia más claramente en el fenómeno de los conductores iracundos, que se tornan físicamente violentos por nimiedades como por ejemplo la lentitud del vehículo que va adelante.

Muchos actos de violencia son cometidos por personas «normales» que pierden la cabeza transitoriamente.

En los procesos judiciales del mundo entero se oye a los abogados de la defensa decir, «esto no corresponde para nada con el carácter de esta persona», y a los acusados decir, «no sé qué me pasó”.

En el gran esquema de las cosas, los seres humanos están destinados a evolucionar hasta convertirse en seres conscientes, y quienes no lo hagan sufrirán las consecuencias de su inconsciencia. Estarán en disonancia con el ímpetu evolutivo del universo..!

PRESENCIA

Relato:

Un día vino a verme una mujer de unos treinta años. Cuando me saludó, pude sentir el sufrimiento a pesar de su sonrisa amable y superficial.

A los pocos segundos de comenzar a contarme su historia, su sonrisa se convirtió en una mueca de dolor. Entonces rompió a llorar inconsolablemente.

Me dijo que se sentía sola y fracasada. Estaba llena de ira y tristeza. Siendo niña había sufrido los abusos de un padre físicamente violento.

Vi claramente que su sufrimiento no se debía a las circunstancias de su vida en ese momento sino a que cargaba el peso de un -cuerpo del dolor- muy denso.

-Su cuerpo del dolor-
se había convertido en el filtro a
través del cual veía la situación de su vida.

Todavía no estaba en capacidad de ver la conexión entre el dolor emocional y sus pensamientos, puesto que estaba completamente identificada con ambos.

No podía reconocer que estaba alimentando su -cuerpo del dolor- con sus pensamientos. En otras palabras, vivía con la carga de un yo muy infeliz.

Sin embargo, en algún nivel debió reconocer que la fuente del sufrimiento estaba en su interior, que ella misma era su carga. Estaba lista para despertar y por eso había acudido a mí.

Le pedí que llevara su atención a lo que sentía en el interior de su cuerpo, y que sintiera la emoción directamente, no a través del filtro de sus pensamientos de infelicidad, de su historia de tristeza.

Dijo que había venido con la esperanza de que yo le mostrara el camino para salir de su infelicidad, no para entrar en ella.

Sin embargo, hizo lo que le pedí, aunque con algo de renuencia. Lloraba y temblaba. «Eso es lo que siente en este momento», le dije, no hay nada que pueda hacer ahora porque eso es lo que siente en este momento.

Entonces, en lugar de cambiar la forma como se siente en este momento, lo cual generará más sufrimiento, ¿cree posible aceptar por completo lo que siente ahora?»

Guardó silencio unos instantes. Súbitamente se mostró impaciente como si quisiera levantarse y dijo enojada, «no, no deseo aceptar esto».

«¿Quién está hablando?», le pregunté,
«¿usted o su infelicidad?
¿Se da cuenta de que su infelicidad
por estar infeliz es otra capa más de infelicidad?»

Calló nuevamente.

«No le estoy pidiendo que haga algo. Lo único que le pido es que trate de descubrir si le es posible permitir que esos sentimientos residan ahí.

En otras palabras, y esto puede parecerle extraño, ¿qué sucede con la infelicidad? ¿No desea averiguarlo?”.

Me miró intrigada durante unos momentos, y al cabo de un minuto de silencio, noté un cambio importante en su campo de energía.

Dijo, «es raro, todavía me siento infeliz, pero ahora hay un espacio alrededor, parece que me pesara menos».

Fue la primera vez que alguien utilizó esa descripción:

-Hay espacio alrededor de mi infelicidad-

Ese espacio se produce cuando aceptamos interiormente lo que estamos experimentando en el presente. No dije mucho más para dejarla vivir su experiencia.

Más adelante comprendió que en el mismo momento en que dejó de identificarse con el sentimiento, con esa emoción dolorosa que vivía en su interior, tan pronto como centró su atención sin tratar de resistirse, ese sentimiento ya no podría controlarla ni controlar su pensamiento, ni mezclarse con una historia inventada por su mente y titulada:

«Mi pobre yo infeliz»

Encontró otra dimensión en su vida,
la cual trascendía ese pasado personal:
La dimensión de la -Presencia-

Puesto que es imposible ser infeliz sin
una historia triste, hasta ahí llegó su infelicidad.

También fue el comienzo del fin de su:
-Cuerpo del dolor-

La infelicidad no es más que la
combinación de la emoción con una historia triste.

Cuando terminó nuestra sesión, fue muy satisfactorio para mí, ver que venía de ser testigo del surgimiento de la -Presencia- en otro ser humano.

La razón misma de nuestra existencia en forma humana, es traer a este mundo esa dimensión de la conciencia.

También había visto cómo se había disminuido el -cuerpo del dolor-, no como consecuencia de una lucha, sino al proyectar sobre él la luz de la conciencia.

A los pocos minutos de irse mi visitante, se presentó una amiga a dejarme algo. Tan pronto como entró en la habitación dijo, «¿qué pasó aquí?» Se siente una energía pesada y lóbrega. Casi podría decir que me siento mal. Debes abrir las ventanas y quemar incienso».

Le expliqué que venía de presenciar una gran liberación en una persona con un -cuerpo del dolor- muy denso, y que lo que estaba sintiendo seguramente era parte de la energía liberada durante esa sesión. Sin embargo, mi amiga no quiso quedarse para escuchar toda la historia. No veía la hora de salir.

Abrí las ventanas y salí a cenar en un restaurante indio cercano.

Lo que sucedió allí fue
otra confirmación más de lo que ya sabía:

Que en un plano, todos los
-Cuerpos del Dolor-
aparentemente individuales, están conectados.

Sin embargo, la forma como
obtuve la confirmación fue bastante estremecedora.


Artista-Ewa Hauton

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