119. El encuentro con Dios es inevitable, si no en esta vida.. en la otra


— El peregrinar hacia Dios —
en la obra de -Rabindranath Tagore-

msp_a_perfect_moment_w_by_verchee-d6o01acEl hombre que se pregunta por la Realidad Última;
ésta que se le va manifestando de a poco; las distintas actitudes
que toma el hombre en este camino hacia el Absoluto.

Camino sinuoso en que se pierde, se cansa, se
frustra y se enoja, y al fin regresa, debido a que hay una fuerza
que lo atrae; una fuerza sobrenatural, un no sabe qué,
que está fuera suyo y también dentro suyo, en
el fondo mismo de su alma; que lo va llamando e incitando
a que continúe en su búsqueda de la Verdad,
hasta encontrar la respuesta.

-El pensamiento religioso de Tagore- se manifiesta en toda su obra, en sus canciones, en su dramática, en sus ensayos, y de manera especial en su poesía. Toda ella puede ilustrar los distintos momentos de este peregrinar del hombre hacia la Verdad, y las concepciones que el autor tiene del hombre, del mundo, de Dios.

Lo que se quiere demostrar es cómo Tagore, en toda su obra ilustra los diferentes aspectos de la relación del hombre con Dios y cómo en ella puede intuirse la idea de que de una u otra manera ambos terminarán encontrándose.

El lector puede hallar respuestas a sus preguntas, puede encontrar sentido a muchos -sin sentido-, a las distintas situaciones por las que él mismo atraviesa en su vida y replantearse sus actitudes ante ellas. Puede intuir esa Realidad que permanece sosteniendo y conduciendo, destellos de esa visión.

Cabe aclarar que -Rabindranath es un poeta místico- y que su poesía debe abordarse desde la intuición, no busca en ella el autor ahondar en temas filosóficos con un lenguaje acorde, sino llegar al corazón del hombre.

En su obra, Tagore presenta a un hombre que teme, que se asusta de verse andando a empujones, tironeado constantemente entre el bien y el mal, un hombre que quiere salir de esa inestabilidad, que quiere estar seguro, un hombre que busca algo que trascienda lo meramente físico y que se pregunta por -Aquello- que está más allá..

¿Quién es ese que está velando,
solo, en esta tierra dormida, en el aire soñoliento
de entre las hojas inmóviles?

¿Quién en el nido callado de los pájaros,
en los secretos corazones, de los capullos en flor?

¿Quién en las palpitantes estrellas de la noche,
en el abismo de la pena de mi vida?

mark_spain_rose_in_her_hair_without_watermarkEn su alma el hombre es consciente de la verdad trascendental que se encuentra en todo, incluso en su interior. Instintivamente sabe que existe algo, aunque no pueda entender bien qué:

-Dios es el Gran Desconocido-

Sobre este -Dios de Tagore- escribía
Victoria Ocampo:

¡Dios oculto que sabes que siempre te buscaré.!
¡Dios que sabes que hacia ti
sólo vamos por los caminos de la libertad.!
¡Dios que me entiende y a quien yo no entiendo.!

El hombre no quiere estar alejado del mundo de la verdad, quiere alcanzar el sentido último de la vida. Ante el misterio surge el anhelo de armonía entre el hombre y lo Infinito.

El hombre espera el momento de ver a
-Ese- que es todo amor..

Dice Dios..
Nadie puede soportar verme,
como no esté preparado de antemano.!

El poeta sostiene que cuando el alma tiene la suficiente sensibilidad como para responder a ese llamado de la Realidad los valores ficticios recobran su verdadera dimensión y las energías del hombre se orientan hacia Dios.
¡No puedo seguir esperándolo al lado del camino!
¡Voy a su encuentro, a conquistarlo!

Es así que la respuesta del hombre es siempre por medio de la acción. Antes se preguntaba cuando vendría la barca de Dios hasta su orilla, ahora es él quien se lanza a navegar:
Si bien Dios está presente y es quien llama al hombre a su encuentro, es este último quien debe esforzarse por hallarlo.

Dios le dice:
Abre tu puerta que te estoy esperando..!

Mark Spain4Y el hombre le contesta,
Se abrirán de par en par si las tocas sólo con los dedos.
¿No quieres siquiera tocarlas?
¿Es que prefieres que yo vaya y abra?

Dios viene, se manifiesta al hombre, en el mundo.
Y experimenta que todas las cosas, la naturaleza misma, son mensajeras de Dios: Como se ve, hay varias formas de acceder a Dios.

Los caminos no son fáciles, el hombre debe superar los múltiples obstáculos que se le presentan. Así como puede ocurrir que niegue a Dios, también sucede que, queriendo, el hombre no puede ver y se encuentra como perdido en tinieblas. Esta oscuridad se vive como un alejamiento de Dios.

— Vivimos apartados de nuestro Dios —
Pues la pena de la separación y el regocijo de volver a verse,
están unidos íntimamente. El último paso es la muerte.

Tagore no la entiende como desintegración sino
como nacimiento a una nueva experiencia, la de la felicidad.
En sus obras, es aceptada y esperada.
La acepta porque comprende que
encontrar la muerte es encontrar a Dios.!

-CONCLUSIÓN-
Este hombre que, al igual que la Reina Sudarshana, quiere ver,
quiere conocer, saber, este hombre que se pregunta -¿quién soy?-,
que busca encontrarse consigo mismo, este hombre se pone en marcha.
Y aunque tropiece en su camino, aunque tenga miedo,
ya que conocer implica acceder a otro plano, aunque por ese mismo miedo de pronto huya, aunque se rebele ante ese conocimiento que ansía y a la vez teme obtener, aunque la noche caiga sobre él y se ciegue y no pueda ver, aunque sus fuerzas decaigan, él seguirá (como dice el poeta) -navegando y navegando-.

¿Por qué?
Porque Dios está detrás de la noche, llamándolo, porque es Dios mismo quien correrá el velo de esa oscuridad y le permitirá volver al camino.

Porque de Dios le viene esa fuerza que lo impele a seguir.
Es Dios quien lo llama a su encuentro desde dentro de su corazón,
lo llama desde los corazones de los demás hombres, desde todos los seres (animados e inanimados).

Dios no deja de llamarlo. Dios atrae, y su atracción es irresistible.
Es así que la opción del hombre es limitada.

Quiéralo o no, al final se dará el encuentro, al final conocerá.
En su libre albedrío puede sólo elegir el camino.
Un camino que es de regreso, porque realmente es un volver, un limpiar el espejo para ver lo que siempre existió:
Dios no estaba lejos. No se lo podía ver, pero permanecía presente, en el Cosmos, en el mismo corazón del hombre.

A medida que la verdad se va revelando, la vida cobra un nuevo sentido y uno ya no se siente solo, sabe que Él está acompañándolo desde el principio hasta el fin, mientras duerme y mientras trabaja.

Y cuando finalmente el hombre se encuentra consigo mismo, se encuentra con Dios, se encuentra con la Verdad, que -dice Tagore- se cifra en la interrelación de todas las cosas.

Se encuentra formando parte de un -Todo- que en su diversidad mantiene su unidad en el Amor.

mark_spain_original_light_breeze_I_without_watermarkEl hombre quería conocer.. y conoció.

¡Cuánto tiempo dura mi viaje, y qué largo es mi camino!
Salí en la carroza del primer albor,
y caminé a través de los desiertos de los mundos,
dejando mi rastro por las estrellas infinitas.

La ruta más larga es la que sale más pronto a ti, y la más complicada enseñanza no lleva sino a la perfecta sencillez de una melodía.

El viajero tiene que llamar, una tras otra, a todas las puertas extrañas para llegar a la suya; ha de vagar por todos los mundos de fuera, si quiere llegar al fin a su santuario interior.

Mis ojos erraron por todos los
confines, antes de que yo los cerrara diciendo..

Aquí estás, y el grito y la pregunta:  ¿Ahí..?
Dónde se derriten en las lágrimas de mil raudales y ahogan el
mundo con el desbordamiento de su -¡Yo soy !-

 

El peregrinar hacia Dios en la obra de:
Rabindranath Tagore

Artista-Mark Spain

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