La conocía desde algunos años atrás,
era una persona siempre muy dispuesta, tenía el pelo rubio
y unos ojos azules que iluminaban su rostro.– En esos años solo dejaba ver su parte externa –
Cuando le pedí su casa para el desayuno de los jueves, se puso muy nerviosa, me dijo que no podía, que en su casa no se lo permitían… era la reunión de todos los jueves para presentar el plan de trabajo con los niños.
No la comprendí en ese momento e insistí, hasta que aceptó.
El jueves a las 10:00 a.m. llegamos éramos 35, nos recibió muy afectuosa, con una mesa muy bien puesta y un rico desayuno, me llamó la atención una pintura de ella de cuerpo entero donde se veía a una mujer muy bella. No me imaginaba lo que estaba dentro de esa mujer .
Pasaron los años y seguimos la amistad hasta que, una mañana llegó a mi casa sin previo aviso, y me dijo llorando: -Me engañaron, me engañaron…
Jueves: La recibí con un abrazo casi sosteniéndola para que no cayera. Solo lograba decir, -me engañaron, me engañaron- De momento pensé que había tenido un accidente o la habían robado, le preguntaba: que te pasó, y ella casi no levantaba la cara, con insistencia le preguntaba quién te engañó…!Ya sentada le ofrecí agua, se fue relajando y comenzó su relato: Me dijo que sus padres la engañaron – Le pregunté que, de qué la habían engañado.
Me platicó que fueron muy felices ella y sus hermanos; siempre habían vivido en un hogar muy calido y lleno de amor, que recordaba con mucha alegría cuando estaban todos sentados en la mesa del comedor, y que cuando su mamá pasaba a servirles de comer ella veía como su papá detenía a su mamá y la sentaba en sus piernas para hacerle cariños.
Que recordaba como, en las noches cuando todos se iban a acostar, ella oía a sus papas platicar de lo mucho que se querían, de lo mucho que querían a sus hijos y que se sentían muy felices de la familia que habían formado.
Me conto que tenían un rancho y se iban de paseo siempre que había oportunidad. Cuando creció conoció a su actual esposo, se enamoró y luego de su noviazgo se casaron.
Él era de una familia de dinero y ella siempre se expresaba muy bien de esa familia. Cuando era muy joven se caso: ingenua, enamorada, y la experiencia del amor vivida y demostrada por parte de sus padres, le hizo pensar que eso era el matrimonio…. – Pero sus padres la habían engañado –
Cuando se casó, se fue varios meses de luna de miel y viajaron por muchas ciudades del mundo. La primera experiencia dolorosa que sufrió al enfrentarse al matrimonio, fue en un gran hotel de París, cuando le dijo a su esposo que si la ayudaba a bajar el equipaje, él volteó dándole una bofetada que la mandó al piso y casi rueda por las escaleras… y le advirtió que él no era su sirviente…!
Me dijo que la luna de miel la había pasado muy mal. Le pregunté que porque no se divorció de él al regresar, y me dijo que venía embarazada.
Así pasaron los años, y la religión no permite el divorcio, tenía que cargar con su cruz, tenía que mantener una postura de buena esposa y madre.
Llevar un matrimonio como el de sus padres era imposible, por eso me decía que sus padres la habían engañado. Su única salvación era: Hasta que la muerte los separe…!