El enfado –al igual que la tristeza, la ansiedad o el miedo– es una emoción no placentera, incómoda y no deseada,pero es una emoción normal, que se relaciona con la preservación de la vida y que conlleva una adaptación y supervivencia.
Cuando en el enfado se produce un desajuste entre el motivo que lo origina y la proporción de la respuesta emocional, es decir, la intensidad, la frecuencia y la duración son excesivas,esta emoción puede convertirse en un problema en sí misma e interferir en nuestro bienestar físico, mental y social (Organización Mundial de la Salud, 2006).
El enfado casi siempre se expresa con una alta activación del sistema nervioso autónomo–involuntario, inconsciente y automático–, lo que provoca tensión corporal, elevación del ritmo cardíaco, nerviosismo…!
Este estado favorece conductas,
percepciones y pensamientos que pueden tener consecuencias
negativas y alejadas del motivo o situaciones que
dieron origen a dicho enfado.
Este es el objetivo de la tarea: comprender las consecuencias de una inadecuada expresión -de nuestro ENOJO, de nuestro ENFADO- y aprender a asumirlo de una forma más adaptativa.