Entre las cuestiones que dejan
en herencia los antepasados, no están solamente la sangre,
el apellido, los bienes o los parecidos físicos.
También nos entregan sus conflictos, a menudo irresueltos, y los
dejan sin querer en manos de sus descendientes, (nosotros),
que tampoco sabemos bien qué hacer con ellos.Sigue leyendo